miércoles, 15 de julio de 2009

El fogón de Artigas - La Provincia Oriental autónoma (II)

“...con prevención que, los más infelices serán los más privilegiados.” ( Art. 6º del Reglamento del 10 de Setiembre de 1815)

Proceso de creación del Reglamento.

Uno de los puntos esenciales que debía atender el gobierno patriota era la situación de la campaña , realmente desastrosa luego de los años de guerra. Desde 1813 con el primer gobierno patriota de Canelones había existido preocupación al respecto. Desde agosto de 1815 Atraigas instaba a tomar medidas para repoblar las estancias, alarmado por la disminución del stock ganadero, base esencial de la riqueza de la provincia. El 11 de agosto de 1815 , se reunió en Montevideo una asamblea de grandes hacendados en presencia del alcalde provincial, Juan de León y del Comandante de Armas, Fructuoso Rivera. Los grandes hacendados deseaban que se pusiese orden en la campaña y en ese sentido enviaron una delegación a Purificación, integrada por León Pérez y Juan de León . De las deliberaciones llevadas a cabo con Artigas, es que surgió el Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de su Campaña y Seguridad de sus Hacendados, el 10 de setiembre de 1815. Lucía Sala, Julio Rodríguez y Nelson de la Torre, sostienen que en este reglamento “se encuentran reflejadas ante todo, las ideas del hombre más avezado y conocedor de los problemas de la campaña y de las masas campesinas trabajadoras : José Artigas.”

No solo de orden vive el hombre.

Como sostiene el historiador Luis Carlos Benvenuto,el reglamento, verdadera ley agraria artiguista, acometió con decisión el “arreglo de los campos” pendiente de la época colonial y frustrado precisamente por la oposición de los grandes hacendados. En ese sentido estaba el antecedente del proyecto de Félix de Azara del 1800, con quien había colaborado ampliamente Artigas como ayudante. Ahora al frente del gobierno oriental Artigas recapitulará el tema del arreglo de la campaña a la luz de las nuevas circunstancias creadas por la revolución. Y es en ese contexto que surgirán diferencias con el enfoque de los grandes hacendados patriotas. Los hacendados vinculados al poder español y/o porteño, habían emigrado dejando sin atender sus estancias, la mayoría de las cuales eran inmensos latifundios. Para los grandes hacendados patriotas había llegado el momento del orden ; para Artigas, sin dejar de lado este problema crucial, todo pasará antes por una política de justicia social hacia los patriotas pobres, los que más se habían sacrificado para lograr el triunfo de la revolución. De allí surgirán graves divergencias, pues los hacendados orientales que habían adherido a la revolución cuando el régimen español amenazó su derecho de propiedad - o la expectativa de tal - no podían conformarse con un sistema que se basaba en la confiscación sin indemnización de los enemigos de la revolución para darle la tierra y los ganados a los pobres. Para el reglamento los más infelices debían ser los más privilegiados. “En consecuencia los negros libres, los zambos de esta clase, los indios : y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados en suertes de estancia...” “Los terrenos repartibles son todos aquellos de emigrados, malos europeos, y peores americanos, que hasta la fecha no se hallen indultados por el Jefe de la Provincia para poseer sus antiguas propiedades.”

La justicia según la revolución artiguista.

En la obra fundamental elaborada por Sala, Rodríguez y De la Torre , se sostiene que el Reglamento se proponía solucionar los problemas más urgentes que se planteaban a la Revolución. De ahí que coexistan medidas transitorias y profundas, para afirmar definitivamente la “causa de los pueblos”. Es un durísimo instrumento político y revolucionario para castigar a los enemigos de la revolución y de la provincia. Por otro lado beneficia a todos los patriotas, especialmente a los pobres ; aquellos infelices relegados durante el período colonial por razones raciales (negros, zambos,indios) o económicas, (los criollos pobres). “El reglamento aparece pues como el programa económico social de la revolución, enderezado a cortar el nudo principal de las contradicciones que atenazaban la sociedad criolla : el problema de la propiedad de la tierra y el de la producción ganadera. Y al mismo tiempo , se dirige a asentar sobre la tierra los pobres del campo, creándoles las condiciones para su bienestar y trabajo libre, y a erradicar las viejas y ahora parasitarias y contrarrevolucionarias formas de existencia marginales de la producción : bandidismo, contrabando, corambre ,etc.) “ (L.Sala).

Al confiscar las propiedades de los enemigos, la dureza de la revolución oriental al respecto no tiene nada que ver con la gratuita venganza. Lo que luego será una situación trágicamente común en el Uruguay independiente, de las luchas civiles entre blancos y colorados, estaba específicamente desterrado en el reglamento artiguista : ni las esposas ni los hijos de los enemigos pagarían la culpa política de los padres. Para ellos, el reglamento ofrecía exactamente lo mismo que se ofrecía a los patriotas pobres, atendiendo a sus necesidades de acuerdo con el número de hijos.

El choque con los grandes hacendados y los caudillejos locales.

Los grandes hacendados solo proponían un camino : la “policía de la campaña” ; los caudillejos locales impulsados por los especuladores montevideanos solo conocían de la arbitrariedad para repartir tierras y apropiarse de los ganados en su beneficio. Artigas por el contrario comprendió que el problema de la campaña oriental, era el problema de cómo solucionar las necesidades de la mayoría de su gente. De allí el propiciar el acceso libre, democrático e igualitario de todos los patriotas a la propiedad de la tierra. “Tierra libre y hombres libres eran una sola ecuación : el Reglamento Provisorio de 1815 fue la más avanzada y gloriosa constitución que conocieron los orientales.” (L.Sala)

El ejemplo del pardo Encarnación : la tierra para los paisanos.

En los pagos de Soriano, un hombre valiente hasta la osadía, luchador sin descanso contra los opresores, “pardo” analfabeto , de mestizaje intrincado, que había sufrido en carne propia todas las opresiones y las humillaciones del régimen español, Encarnación Benítez, se transformó en el portavoz de la revolución agraria radical que se hizo cuerpo en el Reglamento del 10 de setiembre. Por haber luchado por la tierra, y por que se aplicara el Reglamento concitó el odio de los hacendados ricos “patriotas” y su nombre pasó a engrosar el ambiente de la “leyenda negra” en que sus enemigos pretendieron sumergir la figura de Artigas, durante muchas décadas. Encarnación sufrió el denuesto perseverante de la historiografía oficial. En un plano menor el odio de clase lo calificó también de “anarquista”.

Encarnación tenía sus defectos como cualquier ser humano ; no era un paradigma evangélico, con todos los vicios y virtudes de las masas de criollos pobres que lucharon por la causa americana. Pero en el momento revolucionario será intransigente, sin que le pese su analfabetismo ,en comprender las necesidades de sus paisanos. Así logró , intuitivamente, unir dos cosas que en la revolución americana corrían por separado :la revolución nacional por la independencia y la revolución social de los explotados del campo. De allí sus conflictos violentos con los grandes hacendados , que manejaron con parsimonia la aplicación de un reglamento con el cual en el fondo de sus corazones no estaban de acuerdo. Encarnación jaqueado por los poderosos en sus pagos de Soriano, le informó a Artigas de lo que allí estaba sucediendo. Y Artigas, el 3 de febrero de 1816, habló una vez y habló para siempre : en un todo de acuerdo con lo pedido por Encarnación exigió que se diese satisfacción al “clamor de los vecinos”. Demostraba así el Caudillo , saber donde estaba la justicia de la revolución y resueltamente se ponía al frente de los pobres.

Muchos de la “clase principal” , de Montevideo y de la campaña, empezaban a rumiar, discretamente, que tal vez , definitivamente, Artigas ya no era el hombre de “su” confianza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario