miércoles, 15 de julio de 2009

El fogón de Artigas - La hora de las definiciones políticas

“Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana.” (Artigas al Congreso de Tres Cruces, 5 de abril de 1813).


El reconocimiento a la Asamblea Constituyente

La Asamblea Constituyente convocada por el nuevo Triunvirato, surgido del movimiento del 8 de octubre de 1812 en Buenos Aires, ya había comenzado a funcionar en los días en que el conflicto entre Artigas y Sarratea estaba en su fase más dura. Desde la propia Asamblea ,se envió al comisionado Pedro Vidal para que persuadiera al jefe de los orientales en cuanto al reconocimiento a la misma. Sin embargo, ni Vidal ni Rondeau, comandante en jefe del ejército sitiador luego de la remoción de Sarratea, pudieron lograr que Artigas se comprometiera personalmente. Su concepción era que la resolución correspondía a los orientales y en ese sentido anunció a Rondeau que había convocado un Congreso para resolver sobre un punto tan vital que solo podría ser tratado por un organismo representativo.

El pueblo oriental es quien debe resolver.

Artigas envió una circular el 21 de marzo convocando a los pueblos a elegir sus diputados para el Congreso que se reuniría en su alojamiento, ubicado en la quinta de Manuel José Sainz de Cavia, en el paraje conocido por Tres Cruces. (Ubicado en el emplazamiento que ocupa actualmente el Hospital Británico. Queda como testimonio de la quinta la construcción del “Palomar”, donde funciona una biblioteca pública). Concurrieron diputados que directa o indirectamente representaban a todas las regiones de la Banda Oriental, incluyendo la propia ciudad de Montevideo, por más que ésta estaba ocupada por los españolistas. Es interesante destacar que los diputados electos representan - desde el punto de vista social - a la clase alta oriental , hacendados y comerciantes , con predominio de los primeros, quienes justamente venían de tener actitudes vacilantes en las duras peripecias del exilio. León Pérez, Juan José Durán, Pedro Fabián Pérez, Ramón de Cáceres, Francisco Bustamante, Pedro Vidal, Félix Rivera, Martínez de Haedo, Antolín Reyna, junto a Dámaso Larrañaga, sacerdote y sabio muy respetado y el joven Miguel Barreiro, estudiante de teoría política, son algunos de los representantes que señalan los documentos, integrantes todos de esa clase principal. Son hombres cuyos intereses y mentalidad, los lleva a aceptar , en esta instancia, el programa autonomista de Artigas que por el momento coincide con sus aspiraciones. ¿Hasta cuándo estarán dispuesto a seguirlo ? ¿Cuántos sacrificios volverán a ofrecer a la patria para concretarlo ? Las respuestas irán apareciendo a lo largo de este fundamental año de 1813.

La hora de las definiciones políticas

El Congreso comenzó sus deliberaciones el 5 de abril, luego de sufrir postergaciones debido a torrenciales lluvias que dificultaron la llegada de los diputados. Artigas abrió el Congreso con su recordada “Oración inaugural” en la que expresó los motivos de la convocatoria, propuso el temario a discutir y trazó en palabras claras y precisas su posición frente al punto central del Congreso : el reconocimiento a la autoridad reunida en Buenos Aires. Los historiadores lo consideran como un discurso bien administrado, combinando el sentimiento y la razón, que apeló tanto al sentido común como al patriotismo. Sus conceptos constituyen la primera expresión pública de las ideas de Artigas sobre la libertad provincial y la democracia.

Artigas comenzó subrayando la naturaleza de su autoridad, de raíz electiva, y que cesaba automáticamente en el instante de reunirse la representación popular. Por ello el reconocimiento a la Asamblea era un asunto a deliberar por ellos, pues el no tenía facultades para esa determinación. Además si la Asamblea era reconocida, se debía decidir sobre el número y la elección de los diputados a enviar a la misma. En tercer lugar, debía establecerse una autoridad Provincial para atender a la recuperación de la economía tan deteriorada por los episodios bélicos.

En la segunda parte de su discurso, Artigas planteó sus opiniones. Las bases de su pensamiento político quedaron expresadas en pocas frases contundentes : la necesidad de asegurar la libertad de los pueblos a través de una constitución que evitara los males de los desbordes de poder. Artigas consideró que no se debía obedecer a la Asamblea, sin establecer condiciones que garantizaran aquellos principios. Garantizar los resultados del reconocimiento no era de ningún modo negar el mismo o alentar cualquier tipo de separación nacional, como van a sostener - sistemáticamente - la dirigencia centralista porteña. En la idea artiguista quedaba salvaguardado el principio de la unidad nacional rioplatense, primero a través del pacto -garantía preconstitucional - y luego con Constitución que armonizara la soberanía particular de los pueblos con la unidad de la nación, alejando todo intento de dominio hegemónico y aún los desbordes provocados por la “veleidosa probidad de los hombres”...

Luego de su discurso, Artigas se retiró de la reunión. De la deliberación de los diputados ,surgió el acuerdo de reconocer a la Asamblea con “condiciones”. Para redactar las mismas se reunió una comisión que aprobó un texto con ocho puntos. Los cinco primeros se refieren a los reclamos ya planteados a través de la misión García de Zúñiga, que seguía sin recibir respuesta desde Buenos Aires. La claúsula 8a. resolvía el tema de los diputados orientales a enviar a la Asamblea. Las claúsulas 6a. y 7a. son fundamentales pues en ella se sintetiza el pensamiento político federal. Las mismas desarrollan la definición autonomista de la “SOBERANÍA PARTICULAR DE LOS PUEBLOS” como objeto de la revolución y desembocan en la necesidad de celebrar un PACTO CONFEDERATIVO, previo a la CONSTITUCION, que debía tener por base la LIBERTAD, LA PLENA AUTODETERMINACION DE LOS PUEBLOS.

Independencia, República, Federación.

LA ORIGINALIDAD DEL ARTIGUISMO - según señalan Reyes Abadie, Bruschera y Melogno - es el lograr una fórmula que concilia la UNIDAD EN LA DIVERSIDAD, que le daba a los pueblos BASES PARA LA LIBERTAD Y GARANTIAS DE SEGURIDAD.

Sobre éstas bases el pueblo oriental estuvo dispuesto a reconocer a la Asamblea Constituyente.

Los diputados orientales concurrirían a la misma munidos de INSTRUCCIONES, mandato imperativo, sobre temas a plantear y las directivas que deben seguirse. Por ello son el mejor elemento de síntesis del pensamiento político del artiguismo hasta 1813. En ella se plantearon, con total claridad los principios de la INDEPENDENCIA DE ESPAÑA, LA FORMA REPUBLICANA DE GOBIERNO , LA ORGANIZACIÓN FEDERAL RIOPLATENSE, EL DERECHO DE LOS PUEBLOS A GUARDAR ARMAS Y LA ERRADICACION DEL DESPOTISMO MILITAR. Todos temas que desde Buenos Aires o bien no se manejaban con la tajante claridad que exigirá de aquí en adelante el artiguismo , o bien se era radicalmente contrario: la independencia será considerada un tema molesto ( a Inglaterra - muy influyente en los círculos porteños - en ese momento no le interesaba) ; muchos ya pensaban en una monarquía con un estado jerarquizado para aplacar a los díscolos ; el federalismo se percibe como una anarquía peligrosa frente a la que hay que afirmar el estado unificado desde la capital.

De la Banda Oriental a la Provincia Oriental.

Es en el Congreso de Tres Cruces que efectivamente surge la Provincia Oriental, compuesta de Pueblos Libres, con vocación de hermanarse con las demás del Río de la Plata.

En particular , debe destacarse la importancia de las Instrucciones en cuanto reivindican como territorio propio las tierras ocupadas por los portugueses, las Misiones Orientales, reclamando entonces los límites que correspondían al Tratado de San Ildefonso, último jalón de las negociaciones entre España y Portugal , en su contencioso americano, del cual la Provincia era heredera directa.

También se reclama la habilitación de los puertos de Maldonado y Colonia, ( medida práctica imprescindible pues Montevideo estaba sitiado, pero también clara reacción contra la tradicional absorción portuaria de la campaña por la orgullosa ciudad- puerto) , la eliminación de todo sistema impositivo que dé privilegios al comercio de Buenos Aires y principios de autonomía financiera.

El otro hecho esencial del Congreso de Tres Cruces, se refiere a la sesión del 20 de abril , en donde - con directa participación del vecindario - se resolvió la creación de un gobierno provincial, conocido en la historia como el Gobierno Económico de Canelones ( localidad en la que se radicó), que pese a todas sus dificultades, en el breve período de su existencia, cumplirá un papel de importancia en la afirmación de la autonomía oriental.

Con éstos resultados sobre la mesa, había llegado la hora de la negociación con Buenos Aires, a través de Rondeau, oficialmente facultado para tal misión : los hechos hablarían sobre la sinceridad de la dirigencia porteña en cuanto a su ofrecimiento de hacer las paces con Artigas y los orientales.

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