martes, 21 de julio de 2009

40 años del hombre en la Luna y de 182 destituidos en huelga bancaria en Uruguay

Julio 1969: El hombre en la Luna y en el Uruguay 182 despedidos en una huelga bancaria, reprimida por la patronal con los auspicios del Presidente Jorge Pacheco Areco...

El 20 de julio se cumplen 40 años de la llegada a la Luna de la misión tripulada del Apolo XI. Todo un logro científico-tecnológico que despertó la admiración en el mundo. Al mismo tiempo, en Uruguay, gobernado con dura mano por el presidente Jorge Pacheco Areco y sus ministros, la huelga de los empleados de la banca privada, iniciada un mes antes, fue castigada drásticamente con la destitución de 182 trabajadores, cuya lista fue publicada en la prensa uruguaya el día después de hazaña de los astronautas norteamericanos. El hecho fue un severo golpe para la huelga, que se extendería, agonizante, hasta el mes de setiembre. También, a nivel de simple anécdota personal, fue el comienzo de un largo calvario para los que cayeron en esa siniestra lista de destituidos.
Mis reflexiones, como uno más de los 182, a 40 años del suceso pueden sintetizarse en las siguientes consideraciones.

1.- Más allá de todo lo que se diga, la huelga de la banca privada de 1969 ,objetivamente, fue derrotada. El resultado más penoso de esa derrota quedó plasmado en que el sindicato tuvo que cargar ,a partir de ese momento ,con 182 destituidos. La elaboración de la lista de destituidos fue una obra maestra del “terror antisindical”. En lugar de despedir a dirigentes, cosa común en casi todos los conflictos, aquí se golpeó, mayoritariamente, a los afiliados “de a pie” del sindicato.

2.-En el movimiento sindical uruguayo, esto no era ninguna novedad. ¿Cuántos conflictos de diversos gremios, especialmente obreros, terminaron con despedidos que el paso del tiempo fue cubriendo con el manto del olvido? Solamente sorprendía que uno de los sindicatos “fuertes”, tuviera que pasar a convivir con ese pasivo humanamente tan oneroso.

3.-El sindicato bancario quedó debilitado por largo tiempo, ya que a los efectos de la derrota del '69, en poco tiempo más debió sufrir – con los demás gremios - la represión implacable de la dictadura militar. Si en algún momento existió “refundación” fue más adelante; es decir hacia 1983-84, a la salida de la dictadura. En el caso de la AEBU, los “182” pasaron a ser un incómodo lastre, para retomar nuevos caminos. En 1996 , al caducar definitivamente un segundo convenio con “compensaciones económicas”, el oficialismo de la AEBU, a cuyo frente se encontraba el joven e impulsivo dirigente Juan José Ramos, consideraba que en el sindicato predominaba la gente joven que ni siquiera había nacido en 1969 y, por lo tanto, era difícil que existiese una sensibilidad adecuada al problema de los “182”.

4.-El despido de los 182 fue hecho con la presión y apoyo directos del Poder Ejecutivo a cargo de Jorge Pacheco y aplicado con una saña particular: publicación en la prensa de todos los nombres, elaboración de listas negras que se proyectaron en los oscuros años posteriores. Para los militares, antes y durante la dictadura, un simple destituido bancario “de a pie” del ’69, era sinónimo de “subversivo”.

5.-El Estado de derecho uruguayo tiene un notorio deficit que , al parecer, ya nunca se va a subsanar. Los destituidos bancarios del ’69 fueron ,formalmente, repuestos en sus cargos por la ley 14047 a fines de 1971. Ahora bien, esta ley fue desconocida por la patronal bancaria, con el aval de un Pacheco que ya preparaba sus valijas para sus periplos europeos post presidenciales. La restaurada democracia, del ’85 en adelante, miró vergonzantemente para el costado y la ley nunca se cumplió. Con el agravante que a lo largo de los años se fueron generando dictámenes judiciales que se acomodaron al interés de los banqueros...

6.-Nadie como la patronal bancaria tuvo tan asumida la naturaleza de ese conflicto. En el segundo semestre de 1985, cuando se negociaban los temas pendientes entre el sindicato y la patronal, esta estuvo de acuerdo en solucionar todo lo relativo a casos que se hubiesen generado durante la dictadura, pero fue irreductible con relación a los destituidos del ’69. En momentos en que existió, por unos pocos meses, la correlación de fuerzas más favorable posible para el sindicato, la patronal bancaria únicamente admitió que volvieran a trabajar 24 trabajadores de los 182.

7.-Los bancarios destituidos tuvieron como reparación “compensaciones económicas”, que fueron efímeras. (Por otra parte, ninguna compensación puede “compensar” un “despido abusivo y el daño moral”, más los diversos males emergentes de la “lista negra”). Ellas fueron: el convenio de enero de 1972, auspiciado por Pacheco y la patronal bancaria para violar la ley 14047: se trató de un convenio por 5 años que culminó en enero de 1977, en plena dictadura. Luego, silencio en la noche. Hasta enero de 1986, en que – con forceps - se negoció un nuevo convenio por 10 años. Ese convenio, al caducar en 1996, determinó que los “sobrevivientes” de los 182 volvieran, de un día para el otro, a las magras jubilaciones( o pensiones para las nuevas viudas, naturalmente con las quitas naturales a esas prestaciones) que les correspondían por los años efectivamente trabajados. Es decir, “compensaciones económicas” siempre transitorias y sin que generasen ajustes jubilatorios. La paradoja es que al final de sus vidas, los destituidos del ’69 se vieron muy “apretados” desde el punto de vista económico. El oficialismo de AEBU de esa época, pudo jactarse, con fines electorales, de haber solucionado todos los problemas pendientes. Los hechos demuestran que este,el de los “182”, no lo fue. Los destituidos siguieron luchando como “fantasmas de un viejo pasado” ,al decir del tango, para lograr ... “la reforma de cédula jubilatoria”.

8.- A 40 años de la huelga, mirando el pasado en la lejanía, uno tiende a pensar que el movimiento a la huelga general de la banca privada, fue impulsado, en una coyuntura muy especial, hacia un enfrentamiento deliberado, total y – en buena medida - absurdo, con el poder político, dejando de lado – al punto que se desdibujaron completamente – las modestas reclamaciones, específicamente económicas ,que estaban en el comienzo del conflicto y que pronto fueron olvidadas. La prolongada y estéril huelga, fue el triunfo de un grupo de dirigentes, encabezados por el binomio H. Cores y C. Fasano, (con una actuación tan brillante como demagógica, en las asambleas generales multitudinarias del comienzo del conflicto) que utilizaron al gremio bancario para llevar adelante su política presuntamente “revolucionaria”..., lo hicieron trizas y luego, adiós pampa mía...que otros arreglen los destrozos.

9.-Los aniversarios “redondos” y cada vez más alejados, tienden a convertir los hechos de que se trata en mitos. Por ahora creo que,tal vez, sigue siendo prematuro hacerlo con la huelga del ’69. Por lo menos conviene esperar hasta que el último de los 182 haya descendido a la tumba, para que no queden testigos presenciales...

10.- Felizmente, y de momento, la vida continúa...


Uno de los 182

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