viernes, 14 de agosto de 2009

Líber Arce en el recuerdo

14 de agosto de 1968. Ya pasaron 41 años . Más que el tiempo de una generación. Tantos cambios...un mundo irreconocible...Y sin embargo...

En un ambiente de confrontación que no cesaba desde el fatídico 13 de junio , con medidas prontas de seguridad, militarizaciones de sindicatos, represión. El mes de agosto comenzó con un paro general. Los días siguientes vieron nuevas manifestaciones estudiantiles, siempre disueltas con un rigor en aumento.

El día 7, el MLN-Tupamaros secuestró al Presidente del Directorio de UTE, Ulises Pereyra Reverbel, en una medida que provocó distintas reacciones a nivel de la opinión pública. Consejero dilecto del Presidente Jorge Pacheco Areco, el mensaje del movimiento guerrillero era inequívoco.

La respuesta del Poder Ejecutivo no se hizo esperar :comenzaron los allanamientos a locales universitarios,(local central, Facultades de Arquitectura, Agronomía, Medicina y Escuela de Bellas Artes). sin orden judicial, violando groseramente la autonomía, en busca del secuestrado . El Consejo Central de la Universidad repudió enérgicamente el atropello. Sorprendentemente la Policía estableció censura previa para todos los comunicados de las autoridades universitarias. Todo órgano de prensa que no la acatara sería clausurado de inmediato. El único que desafió la medida, el semanario “Marcha”, sufrió esa suerte pocos días después.

En ese contexto se comenzaron a realizar manifestaciones estudiantiles de repudio al atentado .Los incidentes con la policía se volvieron cada vez más violentos. El día 9, el balance fue de 5 estudiantes heridos, uno de ellos en coma.

El 11 de agosto el MLN, en decisión que volvió a sorprender, liberó al Pereyra Reverbel.

Al día siguiente, en una manifestación frente a la Facultad de Veterinaria, en horas de la mañana cayó herido de bala por un oficial de policía el estudiante de Odontología Líber Arce. La herida fue en la región inguinal, afectando la arteria femoral.

Todos los que actuábamos en el movimiento estudiantil sufrimos un impacto muy fuerte con la noticia. Hasta entonces en las manifestaciones , los heridos habían sido por sablazos o machetazos , pero nunca habíamos sabido de un herido de bala , con el agravante de que su situación era crítica.

Internado en el Hospital de Clínicas, los cirujanos y médicos lucharon durante casi 48 horas por salvarlo de la muerte. La noticia del infausto suceso provocó un rebeldía multiplicada entre los estudiantes. 18 de Julio y sus adyacencias, se convirtieron en esas horas , en un verdadero campo de batalla...Manifestaciones relámpago, que se hacían y se deshacían, en una lucha desigual. Barricadas y algunas piedras, contra caballería, gases lacrimógenos, perros tan feroces como sus guardianes, y balas, balas de verdad...

Hasta llegar al 14 de agosto en que, por todo Montevideo, corrió como un frío angustioso la noticia :LIBER ARCE HABIA MUERTO. El impacto fue tremendo. No existía un precedente de esa naturaleza. Nunca un estudiante hacía sido abatido por las balas de la represión policial. El Uruguay contuvo el aliento. Un silencio fúnebre se abatió sobre la capital.

EL velatorio fue en el hall del edificio central de la Universidad. Largas colas de montevideanos esperaban pacientemente para acercarse al féretro, con una flor en la mano, para despedir al joven estudiante. Y siempre el silencio, la congoja más profunda.

En las esferas gubernamentales, el piso se movía. Políticos colorados, como Alba Roballo, o Manuel Flores Mora, manifestaban duras críticas sobre la orientación del gobierno de Pacheco. Por un momento, una esperanza ingenua...Y si tal vez, esta sangre derramada detuviera al “pachecato”,.. si las cosas cambiaran...

El Uruguay de siempre parecía vivo : el Juez de Instrucción que intervino en el caso decretó el procesamiento del oficial responsable de los disparos mortales.... A lo mejor...

El sepelio se llevó a cabo al día siguiente, 15 de agosto. Un día gris, húmedo, de infinita tristeza. Montevideo paralizado. Las calles vacías. Una multitud estimada en 300.000 personas, llevó a pulso el ataúd hasta el Cementerio del Buceo. Horas y horas. Lágrimas , solemne indignación. No podía ser...
Una noche que se vino rápido. La ciudad vacía. En 18 de Julio ,ni un solo policía...La Avenida en una lóbrega penumbra...En los alrededores de la Universidad, estábamos muchos jóvenes, exhaustos, con una enorme sensación de angustia...Desde un altoparlante el Secretario General de la FEUU, el “Chino” Díaz, nos exhortaba a retirarnos...Algo extraño se estaba incubando. De pronto, una explosión. Alguien, ¿quién?, arrojó un “cocktel molotov” .Una repentina claridad hacia el lado de 18 y Eduardo Acevedo : un Club Colorado de Pacheco-Carrere Sapriza comenzó a incendiarse...Llegaron los Bomberos...A la incierta luz de las llamas, hay quienes apedrean a los Bomberos para que no apaguen el fuego. El “Chino” grita desde el altoparlante : “Los Bomberos son nuestros amigos.. :” Algo raro pasa...algo muy raro...

La respuesta llegó en la madrugada : los “desconocidos de siempre” realizaron un sistemático destrozo de las vidrieras de los comercios a lo largo de toda la avenida, robando y saqueando a mansalva...

Para el día siguiente, ése era el tema en todos los medios de comunicación y no el crimen cometido contra Liber Arce, contra el movimiento estudiantil, contra la democracia, que empieza a desmoronarse, lentamente...

La ultra-derecha, los “servicios”, jugaron sus cartas, feamente, arteramente...

Con el entierro de Liber Arce, enterramos un Uruguay. Ya nunca más volveríamos a ser lo que fuimos...